Cuentan que fueron cien guineas la cantidad que tuvieron que pagar los organizadores de la Copa América a unos famosos joyeros ingleses por la elaboración de tan preciado trofeo. Aunque en la actualidad la copa permanece protegida por una vitrina de cristal y custodiada por una agente de seguridad, hubo un tiempo en el trofeo que estuvo a punto de ser fundido... Sir Lipton, célebre por importar té al Reino Unido y más célebre por competir sin descanso en la Copa América, bautizó al ansiado galardón con el nombre de “la vieja dama”.